Este hombre se llevó a esta niña para operarla, así luce despues de un año, sus padres lloraron
La pequeña Zubaida Hasan vivía con su familia en una pequeña y remota población de Afganistán. En 2001, cuando solo tenía 9 años, Zubai...
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La pequeña Zubaida Hasan vivía con su familia en una pequeña y remota población de Afganistán. En 2001, cuando solo tenía 9 años, Zubaida quedó atrapada en un fuego que le quemó la mayor parte de la cara y el pecho.
Sus quemaduras eran muy graves; la parte inferior de su rostro se había “derretido” literalmente sobre su pecho. Sus padres la llevaron a todos los hospitales del lugar pero nadie pudo hacer nada por ella. Entonces, en 2002, un año después del accidente, su padre intentó llevarla a una base militar estadounidense.
Los soldados sintieron mucha pena por Zubaida y su familia. La niña pasaba muchos dolores y no podía ni comer ni dormir, porque no podía cerrar bien los ojos ni la boca. Desde la base militar contactaron con un cirujano plástico de renombre de Los Angeles llamado Peter Grossman. El doctor Grossman es especialista en víctimas de quemaduras, pero reconoció que el caso de Zubaida era grave.
Zubaida y su padre volaron a Los Angeles para conocer a Grossman y su equipo. El médico supo de inmediato que tenía que ayudar a la niña; calculó que las numerosas operaciones llevarían unos 3 años.
Grossman y su equipo utilizaron múltiples injertos de piel de la espalda de la niña.
El cirujano demostró su profesionalidad, operación tras operación. Poco a poco, el tejido con cicatrices se fue convirtiendo en la carita de la niña.
Durante las operaciones, Grossman le cogió mucho cariño a la pequeña. Cuando el padre de Zubaida tuvo que volver a Afganistán, Grossman y su esposa decidieron hospedarla todo el tiempo que duraran las operaciones. La pareja no tenía hijos, y la presencia de Zubaida trajo alegría y energía a sus vidas.
Durante las operaciones, Grossman le cogió mucho cariño a la pequeña. Cuando el padre de Zubaida tuvo que volver a Afganistán, Grossman y su esposa decidieron hospedarla todo el tiempo que duraran las operaciones. La pareja no tenía hijos, y la presencia de Zubaida trajo alegría y energía a sus vidas.
Zubaida es divertida y entusiasta y baila muy bien. En 12 semanas aprendió inglés en la escuela y se rodeó de nuevos amigos. Pronto empezó a llamar al doctor Grossman y a su mujer, papá y mamá. Juntos celebraron su undécimo cumpleaños y décima operación a la vez. Después de 1 año, y no 3 como había esperado el cirujano, las operaciones habían terminado y también la estancia de Zubaida con la familia.
El adiós fue difícil para ambas partes, pero todos sabían que Zubaida tenía que volver a casa. El doctor Grossman y Zubaida volaron a Afganistán. Sus padres no podían creerlo cuando vieron a su pequeña de nuevo. No tenían palabras.
El doctor Grossman nunca olvidará a su paciente e hija adoptiva Zubaida. “Si me entero de que te casas a las 13, te vas a enterar”, le dijo el doctor y Zubaida rió. La niña y su familia siempre estarán agradecidos al doctor, su ángel de EEUU.
Lo que el dr. Grossman hizo es admirable; sus pacientes no son gente a la que curar, son seres humanos. Un verdadero ángel.