Los familiares de una adolescente hondureña embarazada, que había sido enterrada después de haber sido declarada muerta en un hospital, rompieron su tumba y sacaron el ataúd después de al parecer oír gritos que provenían desde el interior.

Un día después de su entierro, el novio de Pérez, Gonzales visitó su tumba de ataúd de cristal y oyó gritos procedentes de la caja. Gonzales corrió para asistir y ayudar a romper la tumba abierta de hormigón exterior, pero en el momento en que lo hicieron, fue declarada muerta otra vez. Las yemas de los dedos de Pérez estaban magulladas, su frente tenía arañazos y la tumba de cristal estaba rota en la región de la cara, lo que está siendo interpretado como que la adolescente estaba tratando de abrirse camino fuera del ataúd. Cuando su familia finalmente fue capaz de romper el ataúd, su madre declaró que el cuerpo de Pérez estaba cálido, su color normal y no había olor asociado con un cadáver.

Nelsy Pérez de 16 años luego fue trasladada a una clínica, todavía tumbado en su ataúd y vistiendo el vestido de novia que iba a usar cuando se casó con el padre de su hijo no nacido, pero los médicos no encontraron señales de vida.

Los familiares dicen que observaron signos de lucha en el panel de vidrio roto del ataúd sobre su cara y contusiones en sus dedos. El videos del traumático suceso que tuvo lugar a principios de julio, cerca de la ciudad occidental de Copán, ahora han surgido en un informe en la televisión Univision.

La historia ha sido viral en todo el mundo, y está claro por qué: El miedo a ser enterrado vivo, o tafefobia, es bastante común. El miedo era tan extendido en Europa durante los siglos 18 y 19 que se inventaron ataúd de seguridad para ayudar a prevenir entierros prematuros. El cuerpo de Pérez ha vuelto a enterrar en su tumba original.