Brenda Lee Marquez-McCool estaba bailando con su hijo Isaiah Henderson en la discoteca Pulse cuando de pronto los fuertes sonidos de balazos comenzaron a opacar la música. La mujer en lugar de correr tomó una decisión heroica. Se lanzó sobre su hijo ofreciéndose como escudo de las balas que disparó Omar Mateen, el joven protagonista de la cruel masacre que enlutó a Orlando y a todo el mundo el 12 de junio de 2016.

La mujer murió, sin embargo salvó la vida de su hijo de 21 años que dio un emotivo discurso en su funeral.

Aunque no todo fue tristeza, pues la familia recordó la vida de Marquez-McCool como una llena de humor y colorido. Constantemente sus seres queridos repitieron que tenía un gran corazón, que fue una gran líder de su familia y una luchadora. Entre muchos temas, uno de sus hijos habló profundamente de su herencia portorriqueña agregando que su mamá era una gran bailarina y que vivió la vida como una fiesta. Luego miró hacia el cielo y dijo: “[Mamá] dile a Jesús que se anime al juego de salsa“.

La mujer, nativa de Brooklyn, Nueva York, tenía 49 años de edad y residía en Orlando cuando la mataron. Sus 11 hijos hablaron durante la ceremonia y cuando salieron de la ceremonia soltaron 150 globos blancos en su honor. Luego hicieron algo privado entre la familia más cercana.