Una de las grandes alegrías de vivir en un hogar moderno es poder hacer caca con comodidad. Probablemente lo damos por sentado hasta que nos encontramos en un baño extraño, incompleto, en el que no estamos cómodos. Es entonces cuando anhelamos nuestro hogar como nunca habíamos hecho. Nada es mejor que nuestra base de operaciones.

Esa es una de las cosas que hace que viajar sea un desafío. En casa, usted no tiene que tener en cuenta muchas cosas, a veces nos acabamos de ir cuando necesitamos un baño urgentemente. En el camino, nos arriesgamos bastante. Las personas inteligentes han estado considerando esta dificultad por edades, y han llegado a algunas conclusiones interesantes.

Cuando viajamos en tren, es recomendable hacer nuestras necesidades mientras aún estamos en la estación. ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, los desechos se caen sobre las vías, y no queremos arriesgarnos, ¿no? Esa opción no se podría dar si viajamos en un avión, ya que disponen de una alta tecnología para dar respuesta a ese viejo pero permanente problema.

¿Hay algún lugar que odie más en el mundo que el baño de un avión? Es pequeño, muy pequeño, es incómodo, y… ¿pequeño? ¿Cómo pueden las personas con claustrofobia soportar los vuelos de larga distancia?

Pero no se puede decir que los baños de un avión no sean un mal necesario. Cuando tengo que ir, tengo que ir. Cuando se las arregla para poder exprimirse al máximo y poder hacer la necesidad más importante, ¿qué ocurre?

Seguramente puede haber visto alguna vez un hielo de color azul caer del cielo y despositándose sobre las casas. ¿No? Pues sí, eso era el residuo de los aviones. Un desodorante químico de color azul se mezclaba con nuestras deposiciones, y al menos en 27 ocasiones, se filtraba desde el avión, se congelaba en el exterior, y luego se derretía cuando el avión regresaba a altitudes más bajas para su aterrizaje.

No sólo es desagradable que te caigan un montón de desechos humanos en forma de grandes globos del cielo, sino que también es peligroso. Así que, ¡claramente tenía que haber otro sistema! ¡Adiós a la caca de color azul!

De hecho, las líneas aéreas comenzaron el cambio a un sistema de vacío en los años 80. El agua no es buena opción para los aviones. Imagínese ser embutido en el retrete del avión con este entra en turbulencias. Así que, debería estar agradecido por no estar salpicado de caca de color azul llena de productos químicos.

Cuando se presiona el botón para tirar de la cadena, se abre una válvula de succión que absorbe todos los residuos de la taza del retrete, que está cubierta de teflón. El sistema absorbe la caca a la velocidad de un coche de carreras, transportándola a un gran tanque de retención.

Estos tanques no se escapan, a diferencia del antiguo sistema, tampoco hay ningún químico de color azul para convertirlo en hielo. Pero tienen que ser vaciados antes de que el avión despegue de nuevo. Es un trabajo sucio, pero hay un camión para esto, “llamado Camión de la Miel”, un héroe anónimo con una manguera.