Un estudio científico revela que las personas qué comen más chocolate tienen un riesgo menor a padecer problemas del corazón.

¿Quién no quisiera prevenir o curar un infarto y cualquier otra clase enfermedades al corazón con la simple ingesta de una barrita de chocolate diaria?

No tan sólo se trataría de un cuidado personal sino que además ¡nos aportaría un gran placer! Pero esto no es broma sino una investigación realizada por el Estudio EPIC-Norfolk que relevó datos sobre un total de 21.000 adultos y en sus resultados descubrió que tanto el chocolate blanco como el negro son muy beneficiosos para la salud.

Los investigadores trabajaron sobre un total de 9.214 hombres y 11.737 mujeres, tomando un lapso de tiempo de 12 años, durante el cual 3013 individuos, es decir el 14% del total, padecieron alguna clase de afección cardíaca o ictus.

En tanto, 1 de cada 5, es decir el 20% declaró no comer chocolate y el resto manifestó que consumía de 7 a 100 gramos diarios.
Según estos estudios los primeros beneficios visibles vinculados al consumo de chocolate se vinculaban con personas de menor edad y menor índice de masa corporal, tensión arterial más baja, mejores niveles de proteínas inflamatorias, mejores índices en diabetes y una mejor actividad física.

En cuanto a las enfermedades cardio-vasculares los estudios encontraron que las personas que consumen chocolate poseen un riesgo 11% menor de sufrir este tipo de enfermedades y un 25% menor de riesgo de muerte.

De las 16.000 personas que se sometieron a una prueba de proteína inflamatoria (PCR) se encontró que quienes consumían chocolate en mayores proporciones mostraron un riesgo 18% menor respecto a quienes comían menos.
Asimismo, el mayor consumo de chocolate se encontró asociado con un 23% de riesgo menor a contraer apoplejía, incluso luego de considerar otros potenciales factores de riesgo.
Se evidenció también que el riesgo a contraer enfermedades de tipo coronarias y accidentes cerebro vasculares (ACV) es significativamente menor entre quienes consumen chocolate, con una asociación de un 25% de disminución entre las primeras y un 45% menor de riesgo en las segundas.

Es importante señalar que si bien estos estudios se realizaron en modo de observación y pese a no arrojar conclusiones categóricas ni definitivas sobre causa y efecto, el cúmulo de las evidencias a las que pudo arribarse señalan en general que una mayor ingesta de chocolate está vinculada con un menor riesgo a contraer enfermedades o afecciones de tipo cardio-vascular.

Por otra parte, una reciente investigación publicada en la revista The FASEB Journal (Federation of American Societies for Experimental Biology) sugiere que el consumo de chocolate negro favorece la restauración de la flexibilidad de las arterias al tiempo que impide la adhesión de los glóbulos blancos a las paredes de los vasos sanguíneos.

Estas dos propiedades del chocolate ayudan a prevenir la aterosclerosis (la forma más común de arteriosclerosis), la cual aparece en la antítesis de estos benéficos efectos.
EL CHOCOLATE BLANCO TAMBIÉN ES BUENO

A pesar del prejuicio que pesa sobre el chocolate blanco, el cual suele ser considerado «menos sano» que el chocolate negro, los participantes de la investigación en EPIC-Norfolk mostraron una mayor predilección hacia el primero.

A causa de este particular hallazgo los especialistas consideran que esto puede indicar que no tan solo los flavonoides sino otras sustancias relacionadas con los lácteos como el calcio y los ácidos grasos pueden resultar propicios para explicar los factores que se asocian a la reducción del riesgo antes mencionada.

Finalmente, de acuerdo con todo lo expuesto, nada parece indicar que deba eliminarse el consumo de chocolate en personas que padecen algún tipo de riesgo cardiovascular.