LA ISLA DE LAS MUÑECAS: UNA PEQUEÑA ISLA MEXICANA DE TERROR!!!
Cientos de fotógrafos y buscadores de emociones viajan a la Isla de las Muñecas cada año, aunque nunca estuviera destinada a ser una a...
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Cientos de fotógrafos y buscadores de emociones viajan a la Isla de las Muñecascada año, aunque nunca estuviera destinada a ser una atracción turística.
Tras un viaje de 2 horas en trajinera (canoa) por el canal desde Ciudad de México, se llega a un espeluznante claro en medio del bosque, donde miles de muñecos mutilados cuelgan de los árboles y se esconden entre sus densas ramas.
Las muñecas fueron colocadas por un hombre, que creyó apaciguar así, el espíritu de una niña que murió allí hace más de 50 años y que según cuenta la leyenda, sigue presente en el bosque.
Don Julián Santana Barrera se retiró a vivir en soledad en el bosque, en la década de los 50. Atormentado por la muerte de la niña, decía que podía oír sus gritos y tormentosos pasos en la oscuridad. Incluso hoy en día, 14 años después de que Julián muriera de manera misteriosa, los visitantes dicen que oyen susurros por la noche y sienten que los ojos de las muñecas les siguen a través de los árboles.
Dicen que por la década de los 50, Don Julián Santana Barrera abandonó a su esposa e hijo para recluirse en la isla y vivir como un ermitaño. Aunque otras versiones aseguran que el hombre se aisló por culpa de una novia que le rompió el corazón.
Todo comenzó cuando Don Julián, el único habitante de la isla, encontró en un canal el cuerpo ahogado de una niña.
Según el sitio oficial Isla de las Muñecas, Don Julián se culpó a sí mismo por la muerte de la niña. (Julián en la foto de la derecha).
Martirizado por su muerte, cuentan que a los pocos días, Don Julián encontró una muñeca flotando en el mismo sitio del accidente y la colgó en un árbol para apaciguar el espíritu de la joven que desde entonces lo torturaba y perseguía.
Convencido de que la muñeca estaba poseída por el fantasma de la niña, se obsesionó con colgar más y más muñecas, en señal de tributo, convirtiendo la isla en un gigante santuario de cuerpos mutilados.
Muchas de las muñecas las recogía de la basura y los canales. Amputadas, decapitadas o con los ojos en blanco, las muñecas acabaron convirtiendo la isla en un escenario de lo más surrealista y tétrico.
Vivía en esta casa en el bosque, donde afirmaba que escuchaba susurros, pasos y los lamentos de una mujer en plena noche.
Sin embargo, la familia de Don Julián siempre ha afirmado que el fantasma de la niña solo era producto de su imaginación, y que su vida solitaria lo llevó a inventar una leyenda que terminó siendo una pesadilla.
Cincuenta años después, la historia se volvió más siniestra, cuando el cuerpo de Don Julián fue encontrado, ahogado, en el mismo canal donde supuestamente encontró el cadáver de la niña.
La gente del lugar dice que el sitio está ‘encantado’ y muchos aseguran que las muñecas cobran vida por la noche y que, poseídas por almas diabólicas, se mueven, abren los ojos y susurran entre ellas.
Mientras, otros prefieren creer que con la muerte de Don Julián, la isla encantada está protegida por las muñecas.
Desde el año 2001, la isla se ha convertido en un popular sitio turístico para quienes continúan la tradición de Don Julián de “espantar espantos”, colgando más y más muñecas.