Laura Hillier llevaba mucho tiempo luchando contra una leucemia que finalmente terminó quitándole la vida a los 18 años a finales de enero de 2016. Ella vivía en Burlington, Canadá y lamentablemente perdió la vida poco después de graduarse de la secundaria y recibir su anuario con las firmas de sus amigos como se suele hacer en muchas escuelas.

Por esta razón, en su funeral, estudiantes y amigos decidieron transformar su ataúd en una especie de anuario para su descanso eterno con cientos de mensajes de amor y apoyo.

Según reportó CTV News, Laura estuvo esperando por un transplante de médula. En julio de 2015 hubo muchos donantes disponibles pero la falta de espacio en el hospital retrasó la operación para agosto.

Incluso su caso salió a la luz pública y Laura junto a su madre estuvieron en televisión dando su testimonio.



En agosto de 2015, Laura recibió finalmente su cama de hospital y fue sometida a una cirugía pero lamentablemente su cáncer volvió con fuerza en noviembre. Luego terminó en cuidados intensivos y recién a comienzos de enero de 2016 fue capaz de volver a su casa. Su familia estaba excitada y llena de esperanza para el futuro. Iba a hacerse un tratamiento adicional en el hospital City of Hope (Ciudad de la Esperanza) en California, Estados Unidos, pero no pudo viajar debido a complicaciones médicas. Murió a fines de enero y su funeral se llevó a cabo el 30 de ese mismo mes.

La chica incluso tuiteó acerca de su estado después de una quimioterapia:

“¡Esta soy yo después de mi quimioterapia de reinducción! Es difícil perder el cabello”.

Un compañero del colegio publicó el emotivo homenaje a Laura en Imgur en un esfuerzo por mostrar los largos tiempos de espera para los pacientes necesitados de transplantes y animar a otros a convertirse en donantes de órganos. Además, están realizando una campaña online para reunir fondos para los niños con cáncer en honor de la chica.

Un hermoso gesto en un contexto muy triste. Me recordó la película Yo, él y Raquel que recomiendo mucho.