En lo que parece ser un extraño caso de identidad equivocada y una tortura para los padres, un niño egipcio de tres años de edad fue condenado a cadena perpetua.

¿Las causas? múltiples asesinatos que presuntamente había cometido cuando tenía 16 meses de nacido, edad en la que apenas se puede caminar.

Un tribunal militar encontró a Ahmed Mansour Qorany Sharara -y a otras 115 personas- culpable de matar a tres personas y sabotear la propiedad pública y privada.

De acuerdo con el ejército, los delitos tuvieron lugar durante una protesta en 2014.

En ese mismo año, la policía fue a la casa de Ahmed para detenerlo.

Al ver que era un niño pequeño, se llevaron a su padre Mansour Qorany Sharara en su lugar.
Aunque parezca sacado de alguna serie de ficción, el progenitor estuvo detenido cuatro meses antes de que un juez lo dejara en libertad.

Los abogados de los otros acusados aprovecharon la situación para desacreditar las investigaciones. Así es cómo lo explicó el abogado Mahmoud Abu Kaf a CNN: “Queríamos decirle al juez que estas investigaciones son inválidas y nuestra prueba es la inclusión entre los acusados del niño y de un hombre que se encontraba fuera del país cuando el incidente en cuestión se llevó a cabo”.

Hace pocos días salió el veredicto de culpabilidad causando un alboroto en su país. Los noticiarios juzgaban a las autoridades y los funcionarios se revolvían en explicaciones.

Uno dijo que era un caso de identidad equivocada mientras que el general Abu Bakr Abdel-Karim, prometió que ni Ahmed ni su padre serían encarcelados.

Pero nada más alejado de la verdad, porque cuando el papá era entrevistado por un programa, la madre de Ahmed, Hemat Mostafa llamó para decir que la policía acababa de salir de su casa después de preguntar por Ahmed y Sharara.

Por último el ejército emitió un comunicado diciendo que a quien buscaban era a un joven de 16 con el mismo nombre.
Pero las cosas no han quedado del todo claras para nadie.